jueves, enero 19, 2006

El Okupa

La primera vez que lo ví pensé que me lo había imaginado.

Una mañana cuando bajé a la cocina, al pasar por delante de la salita, me pareció ver que había alguien en el sofá.

Una no es que sea muy valiente, pero le da más miedo compartir la casa con un extraño que no ha sido invitado. Así que muerta de miedo mefuí acercando lentamente, pero cuando estaba a punto de entrar, una sombra se deslizó rápida por la ventana y desapareció.
Cuando entré no había nadie.
Pensé que había sido producto de mis neuronas anquilosadas por falta del café matutino.

Pero ayer no hubo duda: Me lo encontré cara a cara.

Era muy temprano, casi de noche. Yo había bajado a desayunar y, como cada mañana, me dirigí a la habitación que da a la calle para tomar mi café en mi sillón favorito.

Y ahí estaba él, dormido en el sofá con tanta tranquilidad que parecía claro que no era la primera vez que lo hacía. Inconscientemente dí un grito y él se despertó. Al verse sorprendido me miró aterrorizado, pero rápidamenente reaccionó, se incorporó, y su mirada se volvió amenazadora.

-¿Que haces tú aquí? -le grité-

Corrió hacia la ventana, pero yo fuí más rápida, llegué antes que él e intenté cerrarla para que no escapara. Me miró agresivamente y noté claramente su intención de lanzarse contra mí.
Me entró miedo. Llamar a la policía me pareció excesivo, pero tampoco sabía si merecía la pena arriesgarse a una pelea en la que seguro que la única que iba a salir herida era yo.


Durante unos segundos nos mantuvimos así, frente a frente, callados, desafiándonos con la mirada, los músculos tensos, atentos al mínimo movimiento del otro.


Finalmente el miedo pudo más que yo: abrí la ventana y me hice a un lado.
Huyó por ella como una exhalación sin decir ni una palabra y, la verdad, yo respiré aliviada.

- Esta costumbre mía de dejar la ventana de la planta baja abierta me a dar más de un disgusto -pensé.

Ahora que... ¡como un día pille al gato que duerme en mi sofá lo mato!